Nadie duda de que hacer ejercicio de forma regular sea beneficioso para nuestra salud, tanto la física como la mental. No obstante, sí que tendemos a preguntarnos qué tipo de entrenamiento es mejor o más eficaz, con qué frecuencia entrenar o en qué momento del día. Hoy nos centramos en este último aspecto, en particular en hacer deporte en ayunas. Si no conoces las ventajas de esta práctica, ¡aquí te las dejamos!
¿Ayunar o no?
El ayuno intermitente no deja de ganar adeptos, por la creencia de que estar un número muy elevado de horas sin comer consigue desintoxicar a nuestro organismo. A esta tendencia, se le ha unido la de hacer deporte en ayunas, como método para quemar más grasa y, por tanto, perder peso.
Aquí nos conviene hacer una parada y reflexionar sobre los motivos por lo que hacemos ayuno o practicamos deporte. Sea cual sea nuestro objetivo, limitar la ingesta de alimentos hasta el punto de que sea inexistente nunca es saludable. Si se desea perder peso, basta con buscar el déficit calórico. Es decir, gastar más calorías de las que se consumen, y que puede lograrse fácilmente con la práctica regular de deporte.
Por otra parte, nuestro cuerpo ya contiene órganos cuya finalidad específica es la eliminación de las toxinas del cuerpo. Es el caso del hígado, que purifica la sangre y elimina todos los residuos y materiales nocivos que lleve. Los riñones, a su vez, también filtran la sangre, y todos los desechos pasan a la orina. Para evitar que sus funciones se vean afectadas y aparezcan enfermedades, basta con seguir una alimentación saludable rica en frutas, verduras y legumbres.
Si lo que se pretende con hacer deporte en ayunas es mejorar el rendimiento deportivo, entonces te interesa saber que existe el llamado ayuno estratégico. Este consiste en dejar pasar unas tres o cuatro horas entre la última ingesta de comida y el entrenamiento. Este tiempo será suficiente para obtener los beneficios que proporciona tener el estómago vacío. Pero, ¿cuáles son estos exactamente?
Beneficios de hacer deporte en ayunas
Movilización de las grasas
Nuestro cuerpo produce multitud de hormonas; una de ellas es el cortisol, que además de aparecer en situaciones muy estresantes, también lo hace en los entrenamientos largos e intensos y en los ayunos. Es capaz de movilizar las grasas que están acumuladas y utilizarlas como fuente de energía, así como degradar los aminoácidos de los músculos. Al ser los niveles más elevados a primera hora de la mañana, hacer deporte en ayunas incrementaría dicho consumo de grasas.
Reducción de los niveles de insulina en la sangre
Otra hormona implicada es la insulina, liberada por el páncreas cuando se consumen hidratos de carbono o productos azucarados. Puesto que ambos disparan los niveles de glucosa en la sangre, la insulina permite que aquella entre en las células para utilizarla como fuente de energía, ya que es la principal para nuestro organismo. Si no hay hidratos, no aparece la insulina, y, por tanto, se emplean otros recursos para obtener energía; nuevamente, las grasas.
Aumento de la hormona del crecimiento
A consecuencia de lo anterior, si la insulina no entra en juego, otras hormonas que nos ayudan a estar activos actúan. Entre ellas se encuentra la hormona del crecimiento o GH. Esta ayuda a nuestro cuerpo a crear tejido muscular, mejorar la calidad de la estructura ósea y a quemar grasas.
¿Cuándo comenzamos a perder grasa?
Dado que la quema de grasas es un punto en común entre los distintos beneficios de hacer deporte en ayunas, debes saber que no se produce desde el minuto uno de entrenamiento. ¡Más bien todo lo contrario! Agotar las reservas de glucógeno muscular requiere de tiempo, en concreto, entre 20 y 30 minutos después de iniciar el ejercicio físico.
Pero además, debe tratarse de una intensidad moderada. Cuando se realizan entrenamiento de alta intensidad como el HIIT, la reducción del glucógeno se produce al comienzo de la sesión. Posteriormente, y para poder mantener el alto requerimiento físico, se emplean las proteínas, lo que da lugar a una catabolización. En ella, el organismo empieza alimentarse de sí mismo y hace uso de las proteínas, lo que conduce a la pérdida de masa muscular. ¡Y este no es nunca el objetivo!
Si te planteas hacer deporte en ayunas, ten en cuenta que la falta de práctica puede provocar mareos o aumentar tus ganas de comer tras la sesión. Además, si por algún motivo no termina de convencerte, recuerda que lo importante es ser capaces de realizar alguna actividad con regularidad. Para conseguirlo, en la web de Olimfit dispones de rutinas variadas para que mantengas la motivación. Puedes hacerlas por tu cuenta en casa o participar en nuestras clases online. ¡Entrenar con compañía te ayudará a alcanzar tus objetivos!